Imágenes y enlaces del libro "Nos matan y no es noticia". Cambalache, Oviedo, 2010.
Ricardo Ferrer Espinosa, periodista
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"Nos matan y no es noticia" / Fuentes y citas de la página 114
Investigaciones de
Jaime Andrés PERALTA
- Canal Interoceánico: ¿Gigante de hormigón o megaproyecto de vida? 1999.
- Climas cálidos, hombres degenerados y espíritus corrompidos. La ilustración frente a la diversidad cultural de la Nueva Granada. Medellín, mimeo. 1998.
- Selva, riqueza y barbarie; el chocó imaginado por la colonización antioqueña. Apuntes para una historia cultural de las relaciones interétnicas en el noroccidente colombiano (1830-1930). En: Revista Utopía Siglo XXI. Universidad de Antioquia, Medellín. Volumen 1, No. 3, enero- junio de 1998.
"Nos matan y no es noticia" / Fuentes y citas de la página 103.
Análisis de contenido sobre la serie informativa de El Colombiano:
Autor : Redacción Antioquia / Derechos Humanos.
Medio : Diario El Colombiano, Medellín.
Enlace : Títulos:
-4 de julio de 1997: EL ATRATO, CEMENTERIO DE UNA GUERRA.
-5 de julio de 1997: MURINDÓ, SITIADO POR LOS VIOLENTOS.
-7 de julio de 1997: ¿DÓNDE ESTÁN LOS DESAPARECIDOS DE VIGÍA DEL FUERTE?
-14 de julio de 1997: UN PUEBLO DE VIEJOS SE MUERE DE HAMBRE.
: Fecha de publicación : 4 -14 de junio de 1997.
Materia : Colombia, Derechos Humanos
Colección / Serie : EL ATRATO, CEMENTERIO DE UNA GUERRA.
Zona geográfica : Colombia, Antioquia, Chocó, río Atrato,
Fecha de los hechos : 1996 - 1997.
Entidades y personas mencionadas: FARC, AUC, EJÉRCITO DE COLOMBIA.
EL COLOMBIANO, MEDELLÍN, VIERNES 4 DE JULIO DE 1997.
“EL ATRATO, CEMENTERIO DE UNA GUERRA”.
Enviado especial JAVIER ARBOLEDA GARCÍA. Atrato Medio y Bajo.
“En un recorrido de la Defensoría del Pueblo y EL COLOMBIANO por las riberas del río [Atrato]; se comprobó la barbarie con que los grupos armados libran su lucha para dominar la región: siete cadáveres, hambre, pueblos abandonados y miles de familias que huyen por temor a morir”.
“Entre los municipios de Riosucio y Vigía del Fuerte, el río Atrato es un cementerio”. Cuentan los pobladores que a diario se ven entre tres y seis cuerpos flotando en las aguas. La Defensoría del Pueblo y los enviados Especiales de El Colombiano vieron siete cuerpos, “algunos de ellos mutilados”.
La investigación se adelantó de manera conjunta entre El Colombiano y la Defensoría del Pueblo durante tres días, en la última semana de junio de 1997. De nuevo queda la pregunta: ¿Qué proceso judicial abrió la Defensoría del Pueblo? Hasta la fecha la justicia no ha obrado.
Los hechos confirmados:
Asesinatos y desapariciones. Cuerpos flotando en el río, a la vista de la población. La mayoría mutilados y descabezados. El Colombiano publica la fotografía de un cuerpo humano que están devorando los buitres.
“Los cuerpos sirven como alimento a las aves de rapiña pues pocas veces las autoridades practican una diligencia de levantamiento de los cadáveres”. “Los grupos armados ordenaron que los restos de los campesinos permanecieran en el río como muestra de su poderío”.
Muchos cuerpos pasan de largo por Riosucio, donde la población y sus autoridades se acostumbraron a no crear alarma”. “...la confrontación comenzó el pasado primero de mayo, cuando las autodefensas se instalaron en esta franja del país”.
Desplazamiento masivo de población.
“A principios del año (1997), el ejército realizó la Operación Génesis, con bombardeo a zonas rurales de Riosucio. Con ellos salieron miles de desplazados”. “Génesis coincidió con la llegada de los paramilitares al bajo Atrato”.
La población escapó hacia Pavarandó en Mutatá.
“A Riosucio han llegado 3.345 personas: 2.121 niños, 673 mujeres y 559 hombres, según la Defensoría del Pueblo”. “Las riveras del Atrato están hoy colmadas de pueblos fantasmas”.
“Al lograr el control en Riosucio, las autodefensas siguieron su ruta hacia el Atrato Medio. En los primeros días de mayo empezaron su recorrido de muerte, amenazas, desapariciones y hambre.
Domingodó, Curvaradó, Vigía de Curvaradó, La Grande, Murindó, Nueva Turriquitadó, El Guamal, Bebabereño, la Isla de los Rojas, San Alejandro, Guadalito y, por último (hasta ahora) Vigía del Fuerte”.
Restricción de alimentos a la población civil. Hambre. Retenes en Riosucio y Vigía del Fuerte para controlar la salida de alimentos. Veda a la pesca. Control absoluto sobre la sal.
Control económico. Veda a la comercialización de madera y pescado.
El interés económico de la zona: allí se construirá el canal seco y se abrirá el tramo central de la carretera Panamericana.
Inacción de las autoridades: Mientras en el río flotaban los cadáveres, la población era desplazada y sometida al hambre, el comandante del Batallón de Contraguerrilla Nº 35, el capitán Juan Carlos Correa aseguraba que
“el Ejército tiene pleno control sobre la zona donde además hay presencia de la Policía y la Infantería de Marina”.
Acciones de la guerrilla:
“parte del éxodo se debe a ella por amenazas a poblaciones que poblaciones que consideró aliadas de sus contradictores”.
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EL COLOMBIANO, MEDELLÍN, SÁBADO 5 DE JULIO DE 1997.
“MURINDÓ, SITIADO POR LOS VIOLENTOS”
Enviado Especial JAVIER ARBOLEDA GARCÍA, Atrato Medio.
“Mientras las autoridades civiles tuvieron que abandonar la población, sus habitantes son sometidos a una inclemente presión de los grupos armados. Los paramilitares restringen el ingreso de alimentos”.
“Murindó Nuevo... empezó a desintegrarse el pasado 23 de mayo [1997]. Cien hombres armados, algunos uniformados y portando brazaletes con las siglas AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) arribaron en cinco embarcaciones grandes”
Asesinatos:
Tras reunir a la población civil y advertir que eliminarían a los colaboradores de la subversión, hicieron una requisa minuciosa, casa por casa...
” Fusilaron a Neftalí Torres Bejarano por tener un carné de la Unión Patriótica”. Por el mismo motivo asesinaron a José Luis Vidales.
Amenazas a los funcionarios públicos: “De 35 funcionarios que tenía la administración, ahora solo hay cinco. El alcalde, Abraham Ledesma Hurtado, salió el 14 de mayo, antes de que llegaran los paramilitares, pero no ha regresado por temor a sus amenazas”. “Los concejales, el personero, Esteban Quesada Quesada; la juez, Beatriz Idárraga Gómez y el director del hospital, Mario Andrés Flórez, también se fueron ante las advertencias de las autodefensas”. Los responsables del único teléfono y la energía eléctrica fueron expulsados.
Agresiones a la población civil: Requisa y saqueo a las viviendas. Restricción a la compra de alimentos y a la sal. Graves problemas para acceder a los productos agrícolas y a la pesca. “Nadie se atreve a salir al campo”. Hambre. Comunidades incomunicadas, sin protección del Estado. Personas enfermas sin asistencia sanitaria.
Desplazamiento forzado: De 780 habitantes, Murindó pasó a tener 300.
“Somos apenas 80 familias que en la noche nos reunimos en una manzana para sentirnos protegidos”. “Desde hace más de un mes nadie conoce la suerte de 1.700 personas, habitantes de un corregimiento y quince veredas, cinco de las cuales son indígenas”.
Robo de bienes públicos: Se llevaron las lanchas grandes del hospital y la alcaldía.
Acciones de la guerrilla: Retaliación de un grupo guerrillero a los habitantes de Murindó por permitir la presencia de las autodefensas.
“Un escuadrón armado arribó en los primeros días de junio. Llegó con la misma fórmula: tras asesinar a dos personas, amenazó con volver en caso de que persista el contacto con los paramilitares”.
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EL COLOMBIANO, MEDELLÍN, LUNES 7 DE JULIO DE 1997.
PÁGINA 14 A.
“¿DÓNDE ESTÁN LOS DESAPARECIDOS DE VIGÍA DEL FUERTE?”
Enviado Especial JAVIER ARBOLEDA GARCÍA, Atrato Medio.
“El pasado 22 de mayo [1997] llegaron a Vigía del Fuerte unos cien hombres de las autodefensas. Tras reunir a todo el pueblo en la escuela, se llevaron a 22 personas, cuyo paradero aún se desconoce. Decenas de residentes en la zona han salido: hasta el personero tuvo que huir por amenazas”.
Asesinatos y desapariciones: 22 personas el 22 de mayo de 1997, en Vigía del Fuerte.
“Escogieron a unas 20 personas, con las que salieron del pueblo en varias embarcaciones”.
Ninguno regresó.
Los días posteriores al 22 de mayo se repiten las agresiones contra las poblaciones vecinas a Vigía del Fuerte. “La mayoría de los desaparecidos es de Puerto Caribe, Pueblo Nuevo y Fátima” dijo a El Colombiano una comerciante al referirse a esos sitios como sectores populares donde su población es muy fluctuante.
“Frente a los cadáveres que aparecen en el río Atrato, la Defensora [del Pueblo, Girlesa Villegas Muñoz] acudirá a las autoridades judiciales para que ordenen a quien corresponda la práctica de las diligencias de levantamiento de los cuerpos”.
Desplazamiento de población: Después de las desapariciones, se ven casas abandonadas en los poblados vecinos a Vigía del Fuerte: Puerto Caribe, Pueblo Nuevo y Fátima.
“Al alcalde [John Ceballos] le preocupa también la problemática de los desplazados. “En los últimos días ha sido abundante el movimiento de personas que entran y salen del municipio”. Aseguró que han llegado cerca de 286 desplazados de Riosucio y Murindó, “pero también ha salido mucha gente: hubo días en que partieron hasta 8 vuelos, todos repletos, con 14 pasajeros cada uno”.
Acoso a la población y ayuda de la Defensoría del Pueblo, seccional Urabá:
“La titular... María Girlesa Villegas Muñoz, dijo que lo primero es calmar el hambre de muchas personas que persisten en no abandonar la zona, pese a las amenazas de los grupos paramilitares y la guerrilla”.
Usurpación de la autoridad:
“Hay decisiones que las toman los paramilitares: la navegación por el río, los productos que pueden transportarse y la permanencia, ingreso o salida de personas en el municipio”.
“El transporte fluvial entre Riosucio y Vigía del Fuerte está bajo dominio de los paramilitares que restringen la entrada de todo alimento para que no llegue a la subversión”. “Muchas personas atrapadas en esa franja, según denunciaron ante la Defensoría [del Pueblo] solo han comido plátano y pescado en los dos últimos meses”.
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EL COLOMBIANO. MEDELLÍN, LUNES 14 DE JULIO DE 1997.
“UN PUEBLO DE VIEJOS SE MUERE DE HAMBRE”.
Enviado Especial JAVIER ARBOLEDA GARCÍA, Atrato Medio.
Vigía de Curvaradó: Una isla formada por dos brazos del río Atrato.
“Esta es una historia de ancianos y niños que se resisten a abandonar sus casas, a pesar de las presiones de los grupos armados”
Asesinatos y desapariciones:
“El primero de mayo [1997] llegó un comando de las autodefensas para imponer su ley: amenazó con castigar cualquier apoyo a la subversión y como ejemplo se llevó a dos jóvenes, supuestos cómplices, uno de ellos identificado por su vecinos como Enoc Patiño. De ellos nada se sabe”.
Desplazamiento de población: Diciembre de 1996:
“Naves de la Fuerza Aérea Colombiana, FAC, iniciaron una ofensiva en la zona rural de Riosucio. Muchos campesinos abandonaron sus predios”.
“Hace apenas dos meses, vigía de Curvaradó (Riosucio – Chocó) era uno de los sitios más poblados a orillas del río Atrato, con 429 habitantes. Ahora solo viven 19 ancianos y seis menores, los demás salieron por temor a la guerra que libran paramilitares y subversivos”.
Agresiones a la población civil: Restricción a la compra de víveres, especialmente la sal. Restricciones a la venta de pescado. Los paramilitares dañaron la planta eléctrica. En el poblado, un anciano de 70 con cáncer terminal sin atención médica ni analgésicos.
Acciones de la guerrilla:
“...en diciembre pasado [1996] presuntos subversivos arribaron [llegaron] a reclutar personas que necesitaban para una movilización en contra de los bombardeos del Ejército”.
Cerrojo informativo:
“Demoramos días en coger la señal... las noticias no dicen nada de lo que pasa aquí”.